Residentes y visitantes de la vereda Galilea se integraron y disfrutaron en el quinto retorno.

Ni la lluvia fue impedimento para que propios y visitantes se disfrutaran el quinto retorno a la vereda Galilea los días 12 y 13 de octubre.

Los abrazos, el compartir, la buena comida y una que otra copita fueron los ingredientes perfectos para hacer frente al frío de estos días.

Encuentros como este, que con los años se vuelven institucionales, ayudan a mantener la conexión de las personas con sus raíces a la vez que se promueve la integración entre veredas.

Pero no es solo regresar, es revivir momentos de antaño, volver a disfrutar del campo, del aire fresco y de la acogida y el calor de hogar con que nos reciben nuestros coterráneos.

En nuestra tierra, donde nacimos, las risas y los momentos compartidos durante un fin de semana se convierten en la recarga emocional para partir de nuevo hacia los lugares en donde se ha asentado el día a día, pero marchamos con el anhelo permanente de que se llegue una vez más este evento para regresar y volver a compartir con nuestra gente.